Desde hace un tiempo hay una persona con mucha experiencia y olfato que nos está ayudando a llevar nuestra empresa. Creo que a día de hoy estaríamos a punto de estrellarnos si no se hubiera decidido a echarnos una mano. Y digo estrellarnos porque se pueden sacar algunas similitudes entre una empresa y un avión (y esto es cosecha propia). Sin un cuadro de mandos estás perdido: no sabes dónde estás, ni a qué altura, ni cuánto queroseno te queda. Desde hace casi 10 meses, cada dos o tres semanas, esta persona, a la que por el momento vamos a mantener en el anonimato, nos va guiando en el proceso de construcción de nuestro cuadro de mandos, nuestros indicadores básicos. Lo más importante es que ha sabido hacer que sea NUESTRO cuadro de mandos. Lo hemos hecho nosotros. Lo manejamos nosotros. Pero no hubiéramos sabido hacerlo solos.
Y podemos decir que ahora no sudamos tinta cuando hacemos un presupuesto (qué dolores de cabeza nos entraba antes para calcular la tarifa justa), ni esperamos inquietos a principios de mes para ver el imprevisible salario que caía en nuestra cuenta, ni nos perdemos en el empleo de nuestro tiempo. Digamos que ahora la empresa amortigua los vaivenes de ingresos y gastos, los desfases entre realización de trabajo y cobros, y otros desbarajustes que afectan especialmente a los autónomos, o cooperativistas con un sistema “liberal” basado en proyectos como era nuestro caso. Por todo lo que te toca, nuestra querida persona anónima (aunque nos mordamos la lengua por desvelar tu identidad) , GRACIAS.
No estamos sólos
Por
davidmanah
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3 dic 2009
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