Oiloa eta arranoa

. 5 feb 2009


Egun hauetan Dan Miller-en ¡Vivan los lunes! liburua irakurtzen nabil. Lanpostuari buruzko ausnarketa egitera gonbidatzen du liburuak. Asko dira idazle honek ematen dituen aholkuak, esperientziak... Eta oraingo honetan, gazteleraz bada ere, liburuan agertzen den pasarte bat idaztea erabaki dut:

Un día, mientras planeaban en el cielo, la Gallina le dijo a su buena amiga el Águila: "Bajemos y comamos algo. Me suenan las tripas.""Buena idea", respondió el Águila. De modo que los dos pájaros se bajaron a la tierra, vieron a varios animales comiendo y decidieron unírseles.
La Vaca estaba ocupada comiendo granos, pero al notar que el Águila y la Gallina se posaban a su lado en el suelo, les dijo:
- Bienvenidas. Comed todo el grano que queráis.
Eso sorprendió a las dos aves. No estaban acostumbradas a que otros animales compartieran su comida tan fácilmente.
- ¿Por qué estás dispuesta a compartir tus granos con nosotras? -preguntó el Águila.
-Oh, aquí hay mucho que comer. El Señor Granjero nos da cuanto queremos -repuso la Vaca. Con es invitación, el Águila y la Gallina se lanzaron sobre el grano y comieron hasta hartarse. Cuando terminaron, la Gallina quiso saber más sobre el Señor Granjero.
- Bueno -dijo la Vaca-, cultiva toda nuestra comida. No tenemos que trabajar en absoluto para conseguir comida.
- ¿Quieres decir -preguntó la Gallina- que el Señor Granjero simplemente os da todo lo que coméis?
- Exacto -dijo la Vaca-. No sólo eso, sino que además nos da un lugar donde vivir.
¡La Gallina y el Águila estaban sorprendidas! Siempre habían tenido que buscar comida y trabajar para obtener abrigo.
Cuando llegó la hora de partir, la Gallina y el Águila empezaron a discutir la situación.
- Tal vez deberíamos quedarnos -dijo la Gallina-. Podemos tener toda la comida que queramos sin trabajar. Y ese establo de ahí seguramente es mejor que todos los nidos que construimos. Además, yo estoy cansada de tener que trabajar siempre para vivir.
- No sé qué decirte -dijo el Águila-. Suena demasiado bueno para ser cierto. Me resulta difícil creer que pueda tener algo sin hacer nada a cambio. Además, a mí me gusta volar alto y en libertad. Y buscarse comida y abrigo no es tan malo. De hecho, me parece un buen desafío.
El Águila volvió a su medio ambiente natural mientras que la Gallina se quedó en la granja, donde la comida y el abrigo le venían dados. A la Gallina todo le salía bien. Comía lo que quería. Nunca trabajaba. Pero entonces, un día, oyó que el granjero le decía a su mujer que el predicador iba a venir al día siguiente y que deberían desplumar la gallina para la cena. Al oír eso, la Gallina decidió que era hora de marcharse y reunirse con su vieja amiga el Águila. Pero, cuando intentó volar, descubrió que había engordado tanto y que se había vuelto tan perezosa que no podía despegar del suelo. En lugar de ser capaz de volar, sólo podía aletear. Así que al día siguiente, la familia del granjero y el predicador se sentaron a comerse la Gallina.

Cuando renunciáis a los desafíos de la vida en busca de seguridad, también renunciáis a vuestra libertad. ¿Acaso la tentación de seguridad ha hecho que vuestra propia vida cayera en una trampa potencial?

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